Música y salud emocional
“Somos seres musicales de forma innata desde lo más profundo de nuestra naturaleza”, opino lo mismo que dice Stefan Koelsch, damos muestra de ello en el vientre materno y recién nacidos…, todo ser humano responde emocionalmente de forma instintiva a las notas y ritmos musicales desde su origen. Música y salud emocional van de la mano.
El movimiento o quietud de un bebé ante la música está expresando emociones positivas o negativas, una melodía determinada puede detener o producir un llanto o tranquilidad y somnolencia. Koelsch lo resume así, “La música es capaz de evocar el núcleo mismo, el núcleo de las estructuras cerebrales responsables y creadoras de nuestro universo emocional”.
La música tiene la cualidad de mejorar la salud emocional de los niños, la salud de cualquier ser humano que lo desee, que lo necesite.
Con la música un niño siente, expresa, potencia o libera sus emociones.
Aprender, escuchar, tocar música es una oportunidad para el desarrollo y mejora de su salud emocional y altamente beneficioso como tratamiento para niños con dificultades emocionales, con hiperactividad, con problemas de relaciones sociales, con autismo, con depresión… entre otros.
¿Qué aporta la música a la salud emocional de un niño?
- Un camino para resolver problemas emocionales.
- Un estado de tranquilidad y gozo. Los sonidos musicales, las notas, ritmos, tonos…, vibran en la misma escala que las emociones, la música y la emoción se mueven en el mismo plano físico, regulando así el sistema nervioso y por tanto disminuyendo el estrés emocional. Se produce una armonía perfecta, un ajuste, una conexión, consiguiendo sensaciones de relajación, calma y sosiego.
- Un espacio para comunicar lo que tiene dentro, lo que es, expresando libremente, dándole lugar y visibilidad al sentimiento, el sentir mismo, al más interno.
- Una vía para liberar emociones ante la necesidad de expresión emocional oculta, para que deje salir emociones retenidas por el cuerpo o la mente, emociones que le atan, duelen o enferman.
Las escuelas de música especializadas para niños y niñas, utilizan técnicas que permiten trabajar la salud emocional, teniendo en cuenta las sensaciones y los sonidos de la naturaleza por ejemplo, el gusto musical del niño, y todas aquellas herramientas de escucha y manipulación musical que faciliten la expresividad y la creatividad. La escuela Musinnova de Canarias es un buen ejemplo de ello porque contemplan la emoción como base primordial de la música.
Toda persona, niño o adulto, tiene buena salud emocional cuando su mente y su cuerpo están en armonía, cuando existe una relación coherente entre lo que siente y cómo lo siente en estrecha vinculación entre su interior y su entorno.
La música, como nadie, consigue generar esta unión.
Sonia González
Psicóloga Clínica, Terapeuta en Educación y Liberación Emocional y terapias de Bienestar y Desarrollo Personal, Relajación y Mindfullness